lunes, 2 de abril de 2018

Huelga de deberes

Cuando nos ponemos a recordar la época en la que nos encontrábamos estudiando la educación primaria y la enseñanza secundaria obligatoria, la mayoría de las personas las recordamos con cariño ya que lo primero que se nos viene a la mente es la especial relación que teníamos con nuestros compañeros de clase. Pero lo segundo que solemos pensar es el agobio y estrés que teníamos por las tardes procedente de la realización de tareas que mandaban los profesores y el estudio de las diferentes asignaturas diariamente. En mi caso, sigo sin entender el por qué una etapa tan bonita y tan importante tiene que tener recuerdos negativos. 

En la actualidad ha nacido un gran debate sobre si es beneficioso y adecuado la existencia de deberes y tareas fuera del periodo lectivo en las clases. Este debate ha empezado gracias a que los padres se han dado cuenta del estrés que estos generan a sus hijos y se esta convirtiendo en un tema habitual de conversación en las situaciones más cotidianas que se puedan imaginar. La consecuencia inmediata de esto ha sido la conocida como huelga de deberes, que ha ocupado una gran cantidad de tiempo en los medios de comunicación, como los periódicos, las televisión o la radio.





Según los psicólogos infantiles y pediatras, este estrés y agobio de los estudiantes al enfrentarse a sus deberes puede tener grandes y graves consecuencias negativas. Lo ideal para ellos es el plan del 8. Este plan consiste en dedicar ocho horas diarias al estudio académico, ocho horas al ocio y tiempo libre y ocho horas para descansar. Esto no se logra cumplir en la mayoría de los casos ya que la jornada escolar tiene una duración de seis horas, lo que quiere decir que quedarían un máximo de dos horas para poder llevar a cabo las tareas y el estudio de todas las asignaturas. Cuando yo era pequeña, los profesores me decían que deberíamos de estudiar un mínimo de media hora por asignatura, dando un resultado total de tres horas, sin contar los deberes que se imponen; dado esta estresante situación de los estudiantes, los especialistas informan que pueden desarrollar problemas de cooperación con los demás, problemas de ansiedad y depresión, entre otros. Esto quiere decir que hay una sobrecarga de los profesores hacia el alumno ya que no tienen en cuenta, en muchas ocasiones, un derecho tan importante como el derecho al juego. Esto me lleva a pensar sobre la eficacia del sistema educativo actual. 



Volviendo a la huelga de los deberes originada por el descontento de los padres y alumnos sobre la imposición de tareas, han surgido diferentes posturas; por un lado, las personas que están a favor de ellos o en contra. 


Las personas que se encuentran en contra de ellos argumentan que aumentan las desigualdades de oportunidades ya que en muchas ocasiones tienen que recibir la ayuda de los padres, los cuales en algunas ocasiones no pueden ofrecer la ayuda ya que desconocen los contenidos que esta tratando su hijo; también puede darse que se necesite de ayuda externa con profesores particulares, los cuales suponen un importante gasto, el cual no puede permitirse por algunas estructuras familiares. También, este fenómeno de los deberes puede afectar al fracaso escolar ya que se sobrecarga de manera significativa a los alumnos. En otros casos, los familiares argumentan que esto deriva en que la escuela deje de ser autónoma, llegando a "entrometerse" en su vida familiar.





Por otra parte, los partidarios de las tareas afirman que estos logran afianzar el autoconcepto de los alumnos al saber que han logrado realizar un reto que les ha sido encomendado. Además, es un aspecto fundamental para que el grado de responsabilidad se vea afectado positivamente; a parte de que de esta manera la familia puede tener un seguimiento directo del proceso y progreso académico de sus hijos, pudiendo tomar las medidas oportunas en el caso de que sean necesarias de manera inmediata. El argumento principal que los defensores aportan es que la función de los deberes es afianzar lo aprendido anteriormente, siendo una parte vital para que los hijos tengan resultados óptimos en los colegios.

Lo que esta claro es que el debate permanecerá abierto durante un largo periodo de tiempo, con las diferentes posturas enfrentadas. En mi opinión, los deberes no son necesarios ya que si se realiza una labor docente efectiva, los alumnos lograrán sus metas sin necesidad de dedicar una tiempo extraordinario para ello. Por lo tanto, los profesores deben de seguir una metodología efectivo y utilizar herramientas que favorezcan su labor. Los niños no realizan las tareas para aumentar su conocimiento o afianzarlo, si no para evitar las consecuencias negativas que tendrán en el caso de no hacerlos. Estas consecuencias serán por parte de los padres y de los profesores, es decir, vendrán por partida doble; dónde el profesor pondrá un punto negativo que repercutirá en la nota, y los padres que al enterarse de la noticia regañarán al alumno o le castigarán sin poder hacer cosas que le guste como jugar al ordenador o salir con sus amigos.


Por todo ello, invito a la sociedad a replantearse la efectividad de los deberes y de las consecuencias que pueden tener.

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