Algunos de los padres de alumnos piensan que la labor del centro educativa y la propia es diferente y que, por lo tanto, va por separado y son independiente; esto también ocurre dentro de las escuelas, que piensan que los centros escolares son su territorio y que los padres no deben meterse en sus tareas.
Lo cierto es que si ambos no colaboran la educación y el desarrollo de los niños será un poco menos óptimas, por lo tanto deben cooperar. Además según algunos estudios, si se tiene colaboración entre los profesores y las familias, se conseguirá el éxito académico. Es verdad, que esto ha ido cambiando porque antes la escuela era el único agente educador y socializador fuera de la familia y, en muchos casos, el profesorado tenía un nivel cultural superior al de la familia, lo que reforzaba su autoridad. Hoy en día, muchos padres tienen un nivel académico parecido al de los profesores de sus hijos.
Como hemos visto hoy en día, esta relación se esta viendo más fortalecida, ya que la sociedad se ha dado cuenta que ambos órganos tienen la misma meta y que deben apoyarse unos a otros para perseguir ese fin, es decir, conseguir que los niños tengan un desarrollo pleno, en todos los sentidos. Esto queda reflejado en los colegios que organizan actividades que requieren de dicha participación, uno de las partes que más se preocupa es el AMPA de los coles.
En mi colegio, por ejemplo, los padres cobraban un papel muy importante. Había veces que se visitaban los lugares donde trabajan los padres de los alumnos, siendo ellos los que expliquen su función; luego había excursiones a parques de aventuras con los padres para que puedan disfrutar en familias en lugares que suelen ser más usuales; la fiesta de fin de curso la organizaban los padres llevando la comida, organizando bailes...Una de las más importantes y que más me gustaban era el taller de cocina. Este consiste en que ha cada curso se le da un tema de cocina, por ejemplo, postres. Estos tenían que elaborar una receta de ese tema con la ayuda de los padres; esta receta será juzgada un sábado de mes por parte del director de centro o el jefe de estudios. Una vez han sido juzgadas todos, se elige el mejor plato, que se pondrá dentro del menú escolar. Al final de curso, se hará una recopilación de todos las recetas y se elaborará un libro de recetas que se repartirá a todos los alumnos del centro que así lo quieran.
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